Maika González: Una pintora angelical

A través de sus ojos azules, Maika contempla el mundo desde su esencia; ella no observa la silla sino el árbol que la sostiene. Es una pintora que escucha los dictados de Dios y traza historias angelicales con serenidad religiosa. Pese a sus raíces españolas, asegura que es una venezolana enamorada y defensora de su país en tierras ajenas.

Maika González comenzó a pintar a los cuatro años de edad. Tuvo una niñez solitaria, debido al trabajo arduo que ejercían sus padres como comerciantes. “Lo primero que pinté fue un gato, un pájaro y un ángel”, recordó con claridad. La pintura fue el universo donde encontró amigos imaginarios, historias y compañía mientras sus padres atendían el negocio familiar de Catia. “A veces dibujaba y pintaba a mis compañeros del colegio. Desde que tengo memoria, le he dedicado mi vida a la pintura”.

Hace diecisiete años decidió vivir en Grecia. “Expuse en el año 97 en el Museo Sacro y allí se me abrieron las puertas de la comunidad europea”, declaró. Sobre la Isla de Paixos, Maika ha dedicado su estadía a hacer de su casa una fiel representación de sí misma. Desde las afueras, las personas que circundan pueden curiosear la galería de su habitación gracias a las ventanas que ella mantiene abiertas de par en par. Aunado a ello, pueden identificar “la casa de la pintora venezolana” por su tupido jardín y las paredes que ella, con devoción, ha rellenado con sus historias de acrílico. «Es una casa que marca la diferencia», dijo entre risas.

Sin embargo, en su mirada hay un dejo de inconformidad. “Yo quisiera estar viviendo aquí en Venezuela. Amo a este país profundamente”, manifestó con orgullo. Desde septiembre del año pasado, ha trabajado desde su casa en el este de Caracas huyendo del invierno europeo, y a finales de abril, regresará a la isla para acariciar a Michu; un gato salvaje que vive a las orillas del mar, escucha música clásica y bebe agua de un botellón.

En el arte, Maika inclina su admiración a la pintura ingenua. “Me dediqué por muchos años al estilo Naif. Desde que vivo en Grecia, mi obra se tornó azul. Últimamente, he degradado mi obra a un azul celeste, casi pálido”, explicó con detalle. Sus cuadros de grandes formatos incluyen figuras angelicales, pájaros, gatos, caballos, peces, unicornios, flores coloridas, rostros religiosos e historias trascendentales. “He estado rodeada de ángeles toda mi vida. Los seres de mis cuadros son todos ángeles”, confesó la artista. A lo largo de su trayectoria como pintora, ha escogido el lienzo, la madera y la piedra como soporte de su trabajo.

El ritual de su proceso creativo consiste en colocar una silla justo al lado de la suya. “Yo no sé pintar. Dios me dice cómo hacerlo. Yo sólo me siento a escuchar sus dictados y me sorprendo cuando los pinto. En esa silla que parece vacía, se sienta Él”. La artista dice estar convencida de que sus pinturas son cuentos de Dios. “En mis cuadros no hay protagonistas, sino muchas historias”.

Para pintar prefiere el silencio de la madrugada. Dentro de sus exigencias, asegura que los artistas deben trabajar todos los días, confesando que dedica al menos doce horas a su oficio. “El arte es algo sagrado, una extensión de tu alma en la tierra. Estamos sanando y ayudando a sanar con nuestra obra”, comentó con esperanza.

Maika identifica al mar como su amor platónico. “Tengo los ojos azules, como el mar, de tanto mirarlo”, bromeó con picardía. Cuando era niña padeció de tuberculosis y el tratamiento que la liberó de la tos rojiza fue ir al mar por ocho meses, todos los días, para llevar el sol de la costa y bañarse con agua salada. “Cuando entro a las aguas del mar con un peso, lo desaparece”.

Se define a sí misma como «paz», anhelando con vehemencia que sus cuadros sean multiplicadores de esa palabra. Maika expresó con convicción que “a pesar de todo lo que ocurre en el mundo, la paz se salva a sí misma”.

Puedes contemplar las obras de Maika González pinchando los siguientes enlaces:

Atmajeur: Arte de Maika

El Museo Virtual: Arte de Maika

Facebook: MAIKA Arte de Maika González

Twitter: @ArteDeMaika

*Las fotografías son cortesía de Maika González